Encontré mis propósitos de año nuevo, eran doce, algunos ya ni siquiera me interesan y dejé otros a medias.
Venía una lista anexa que parecía más una lista de deseos, de los cuales ya había cumplido varios, y pensé: "¿no eran lo mismo a final de cuentas?" Pero no, los deseos eran cosas que yo quería, los propósitos, algo que pensé que era obligatorio hacer.
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