sábado, 12 de julio de 2014

Con los dedos de una mano

Estoy cayendo... puedo notar el momento exacto en que los pensamientos nocivos se apoderan de mí. Y todo comenzó cuando noté tu ausencia, sabrían los dioses cuánto tiempo llevas ya lejos pero fue ayer en la noche cuando me percaté de que ya no estabas, que era cierto que esta vez ya no ibas a volver. Y me pregunto por qué me eres tan importante, no es que te necesite, es solo que me duele tu rechazo. 

Hace tiempo quise preguntarle a A si no extrañaba nuestra vida de antes, cuando había mucha gente a nuestro alrededor, ahora siento que las personas que me rodean se evaporan lentamente, que ya casi nadie queda, ¿es así como deben ser las cosas? ¿Debería buscar en otros lugares? Y no sé cómo hacerlo, no sé si quiero.