martes, 22 de febrero de 2011

Cerrando capítulos



Árboles fantasma


Busco el reflejo de un alma y la sombra que esparce el cimiento de tu voluntad, los zapatos beige para olvidar tu rostro. un par de espacios más amplios, frente a las vías del tren. esperando 4 respuestas, pero tú ya no esperas, solo a ti, somos rojo, rojo azulvioleta que abre las puertas mientras la llamada entra, 5:26 a esta hora te diriges a tu hogar... porque puedo afirmar eso entre el metal de las pocas cosas invisibles que puedo afirmar. Creo que es el viento, es el hecho de que tus ojos sean oscuros y que no te pueda ver, en un punto ciego.

        - ¿Te vas a tardar?
        - See, un poco, solo un poco y después me voy.

Toma la primera calle, antes de que se evapore, descubrirás que no es tan genial, no es tan maravilloso como creías que era, pero los árboles fantasma lo ocultarán con voces prestadas y puentes vacíos a medio terminar. Nadie los usa, el respaldo anguloso guarda tus cosas, porque dentro de poco partirás.



Tu silencio contra el mío


Silencio.


No hablamos, hay un gran vacío que nos separa, algo que no podemos cruzar. Quiero hablar de tus preguntas, de mis silencios, de mis ausencias y de tu incapacidad de escucharme. Te lo digo esperando que me preguntes por qué, es la primera vez que necesito que me preguntes algo, necesito que te des cuenta de que algo no anda bien y que esta vez te necesito yo a ti. "¿Por qué crees que a mi no me importa?" Y yo siento que nunca debí decirte nada.


Tiempo suspendido, tiempo que no avanza y se va estancando. Dime que no te importa, que solo lo haces porque le encuentras una morbosa satisfacción.
Prefiero hablarte a ti, oblígame a ver, con palabras de odio y que solo tengas esa sonrisa 2. Todas las cualidades que te fascinan y que a mí no me interesan, es justo, es justo que yo te escuche ahora 3. Porque el insomnio y tu nombre se escriben igual, que cada vez te acostumbras más a mis huidas y que yo cada día decido escapar con mayor facilidad, y esto comienza en ti, pero no termina 1, me bloqueo y entra a mis pensamientos con facilidad y se queda ahí, en ruidoso silencio 2, a mí ya no me preocupa, ¿por qué a ti si? 1 Mi mente despierta cuando aparece y me obliga a ver 2. No hablaba claro, prefería lo clandestino, le causaba una agradable nostalgia la incertidumbre del cambio constante, saber que estaba haciendo mal.



Predecible


        - No me preguntes nada - sus manos caían descuidadamente sobre sus muslos. Piernas recargadas en el viejo escalón. Le dolían las rodillas, pero era mejor así. Descubrió entonces que sus manos ardían con sudor helado y por un segundo pensó en lamer la pared, pero tenía la sensación de que alguien lo empujaría y terminaría con el esmalte dental dañado, uñas levantadas, destruyéndose, astillándose para perderse en un baile frenético de sangre café.


        - La próxima vez ya no te ayudaré a menos que me digas qué está pasando.



        - No te preocupes, la próxima vez... no recurriré a ti.






3:30 a.m. Tú naciste a esta hora



Aprendió algo en esos últimos días sin su presencia, supo que "no todo lo que brilla es oro", que "nada es lo que parece", que "el tiempo cura todas las heridas" y que "ya había pasado mucha agua bajo el puente".


Y ahora lo veía con tanta claridad... como si alguien por fin se hubiera dignado a explicárselo en términos simples:


"No te ama, nunca te ha amado y jamás lo hará" 


Algo se rompía en su interior con esas palabras y recordó todas esas ocasiones en que se quedaba esperando un "yo también" que jamás llegaba y no lo entendía, no entendía que ganaba dañándola de esa forma, sabía que la gente era cruel, pero se preguntaba una y otra vez por qué no había recibido un simple "no" como respuesta y desde un principio, eso le habría ahorrado tiempo y lágrimas, le era difícil saberse una más, ahora estaba segura de que había sido una buena decisión dejar de amar, disolvió el sentimiento con la misma rapidez con que sus pensamientos se habían formado, pero no por eso dejaba de doler, lo que quedaba de aprecio se fue transformando en un sentimiento distinto y parecido al odio, en un reclamo que quizá nunca vería la luz, tenía ganas de gritarle para que supiera que había sido su peor error, que se sumaba a su interminable lista de fracasos y que maldecía cada uno de los días de esos meses, y es que... le había querido tanto, había sido muchas de sus primeras veces, era la primer persona así a quien se le declaraba, le pertenecía la primera vez que conjugó el verbo "amar", (presente, primera persona), eran suyas las miles de lágrimas, el 44% de las frases, los pensamientos, los esfuerzos por no dejar que el sentimiento terminara, suyas habían sido tantas cosas, y todo se había quedado esparcido por el suelo, nada había llegado a su destino, la vida no era mejor, ni le había encontrado un significado a su existencia, a decir verdad, las dudas se habían incrementado, junto con los temores y las odiosas ganas de llorar.


        - Nadie ama en tan poco tiempo.
        - No, eso no era amor.




Día soleado


        - No se permite la ingesta de líquidos en la vía pública.
        - ...pero es agua - dijo con incredulidad.


El oficial tomó el recipiente especial contenedor, tenía la atmósfera necesaria para conservar cualquier cosa en estado líquido.


        - Já... y creerá ahora que puede engañarme... el agua tiene ese aspecto de tarde sangre turbidez intacto.


Lo miró con despreciable intensidad violeta, antes era esmeralda, pero ahora... ahora sus retinas se habían gastado tanto que el rojo se encontraba en mayor proporción, al igual que en los demás. Se ahorró el reclamo, la sangre hemolizada, la multa que tardaría al menos 10 años en pagar y una nota indicando la fecha en que debería entregar el análisis de sangre (porque era su palabra contra la del respetable oficial), y se mantuvo en silencio, después de todo, era comprensible, en estos días podría tratarse de droga decolorante diluida en gaseosa gris. Y a los leones no les gustaba eso.



Facturas



El tiempo comenzaba a doler, la factura del desvelo se acercaba con pesadez en sus párpados.


        - ¿Valió la pena?


¿Qué si vale la pena? Eso no es lo que quiere saber, se pregunta realmente si lo volverá a hacer.




Niégalo


Sus palabras no me llegan, puede decirlas las veces que quiera, de miles de formas distintas y aún así yo no lo entenderé.


Si le importo o no, si le importa o no es lo de menos, necesito que me abandone... y cuando lo haga... moriré.


Se promueve a si mismo como cristal y eso me duele. Aunque yo también lo hago, no deja de doler y busco las palabras correctas.


        - Aprendí un par de cosas ¿ves?


Me gusta ver su rostro desencajado cuando le digo que no me gustan los patos, cuando me pregunta que si su nombre va al principio y le digo que no, aunque así sea. Yo lo voy a negar, lo negaré con tanta insistencia hasta que se convenza y por eso sé que miente, dice que es como el cristal... y yo simplemente no le creo.



Abre mis ojos y oblígame a ver


        - Obsesión - dijo Hera, y de haber podido, la habría observado con incredulidad.

        - Eso es casi imposible... no, de hecho ES imposible. Obsesión sería que pensara todo el día y que cuando lo hiciera sonriera con ello, que su presencia me fuese indispensable y que me hiciera sentir algo...

        - ¿Y no es así?


Desvió la mirada lamentándose por el hecho de no saber mentir.



9 de Mayo, 2008 - 1:37 a.m.

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