martes, 22 de febrero de 2011

Relativismo Atemporal




Lo que decimos


La pared estaba llena de una que otra frase almibarada y cruces de distintos tamaños, una por cada examen presentado. Casi se había convertido en un ritual inconsciente, en una extraña manía que no duraría demasiado, no podía durar demasiado. 


El calor era insoportable y las voces que anunciaban el sueño se desvanecían al abrir lo ojos. Entonces, solamente entonces deseaste que el tiempo se detuviese, en ese instante, en uno de esos momentos que te hacen sonreír de forma tonta para después recordar que has tomado terribles decisiones. 


Escuchaste lo que tenía que decir conteniendo el deseo de interrumpir un par de veces, ya conocías esas palabras, las habías escuchado antes por parte de alguien más, no era nada nuevo y a decir verdad, tú también las habías dicho tantas veces que por eso ya no creías en ellas, porque así como tú las utilizabas de esa forma tan irreflexiva, supusiste que él también podía hacer lo mismo, eso fue lo que pensaste, pero con otras palabras, sustituyendo los pronombres, pero ya sabes, todo está censurado o editado. En fin, no se siente tan bien, ¿sabes?, no se siente nada bien.



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Desapego emocional



No ser parte de algo, ya había olvidado lo que se sentía. 


Aquel día que en alguna ocasión fue un "hoy" vi algo hermoso y quise tenerlo, no era deseo de posesión, porque, después de todo no sirve de nada tener algo, era más como ser parte de ello, tener la capacidad de ser parte de aquello que tanto deseaba. Me pregunté si era demasiado tarde. Y después de divagar un rato para evitar leer, me pregunté si sería diferente ahora si no te hubiera conocido, porque tenía que aceptar que en más de una ocasión desee no conocerte, nunca haberte hablado... no recuerdo eso, no estoy segura de quién le hablo a quien, y es que si lo piensas fue muy extraño todo, hay muchas cosas que no sé de ti y son esas las que nunca he podido preguntar.


***


No eran números, eran personas


Me gustan las estadísticas, les encuentro demasiada utilidad y me parecen en extremo interesantes. Aquel día no te vi, ni siquiera sé porque ese detalle llamó mi atención, es decir, tenía tanto tiempo sin verte pero fue ese día en específico cuando me di cuenta de que no te había visto, y estuvo bien, nada se derrumbó y creo que hasta comencé a olvidarte, intenté recordar cuando fue la última vez que hablamos, qué dijimos en ese entonces y si estaba consciente de cuanto tiempo pasaría antes de encontrarte de nuevo. 


No sé, creo que cuando vi aquel número sentí la necesidad de saber cuándo terminaría cada cosa que tuviese que terminar y solo por eso agradecí sin pensarlo el que te hubiese visto de nuevo, al menos, de esa forma podría recordar la última vez que hablamos, porque ese día dejaste de formar parte de las estadísticas y... a mí me agradan las estadísticas.


***



Eso somos



En algún momento me pareció extraña la forma en que nos comunicamos, porque siempre sabes de lo que te hablo por más confuso que parezca y porque la mitad de las veces no entiendo lo que dices y la otra mitad simplemente no te creo. Nunca tengo que explicarte nada ni tengo que hacerte preguntas porque eres tú quien responde antes de que el drama empiece. Esto lo supe hace poco, cuando dijiste aquello que siempre esperé que dijeran y me pregunté si así me escuchaba yo cuando lo decía. Porque a pesar de que somos ridículamente cursis jamás dejamos de ser malos y creo que eso es lo que me agrada, porque eso somos.



7 de julio, 2007 - 7:57 p.m.

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